Somos más que lo que hay entre nuestras piernas

Ayer volví de la India. Creedme, tenía muchas muchísimas cosas preparadas en mi mente para contar del viaje pero la oleada (entiéndase el humor y la ironía) que se han producido en el mundo mientras estaba allí y en el día de hoy me han obligado a retrasar mis memorias indias y hablar ahora mismo de algo que en otro contexto no tendría sentido.

Pero hoy se ha unido una persona más a la larga lista de seres populares fallecidos recientemente y me es imposible no emplear su personaje para hablar de algo. Hoy ha muerto Margaret Thatcher.

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Para aclarar el asunto. No voy a hablar de política, ni voy a valorar a la señora Thatcher como Primera Ministra ni nada por el estilo. No soy politólogo ni tengo intención de serlo. Pero sí quiero remarcar algo sobre la figura de Margaret Thatcher que considero muy necesario remarcar.

Empezaré por el principio (como es lógico):

Hace casi dos años, cuando se supo que la GRAN Meryl Streep iba a interpretar a Thatcher en una película, comencé a interesarme por el personaje. Vi entrevista, leí cosas en internet… En muchas de ellas pude comprobar el enorme resentimiento que muchas personas, no solo del Reino Unido, le tenían a Margaret. También me interesé por conocer sus políticas ya que consideré necesario enterarme de cual era el motivo de tanto descontento. No voy a hacer una disertación sobre sus actuaciones mientras era la cabeza del país (con perdón de ISA 2) pero tras leerlas llegué a la siguiente conclusión: El principal motivo por el que generó ese rechazo y por el que la apodaron La Dama de Hiero es simple: Por ser mujer.

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Espero no haber asustado a nadie con mi sincera declaración. Ni haber enfadado a nadie tampoco. Pero quiero que entendáis mi pensamiento.

Margaret Thatcher tomó medidas, muchas medidas (su mandato duro 11 años, digamos que le dio mucho tiempo a hacer cosas). El asunto es que, desde mi punto de vista, no creo que sus medidas fueran tan diferentes a las que podría haber adoptado (o adopta) un hombre. Quiero decir: ¿Se habrían demonizado tanto las decisiones tomadas por el Primer Ministro del Reino Unido si, en vez de llamarse Margaret Thatcher, su nombre hubiese sido Paul Roberts? (Paul Roberts es una persona ficticia. Si alguna persona con ese nombre lee esto… ¡No eres tú!) Voy a intentar explicarlo de este modo: ¿Echaríamos la culpa de cualquier cosa económica (entiéndase que esa cosa ha de ser mala) que sucede en Europa si el actual Canciller alemán se llamase Hans en vez de Angela? ¿Vais cogiendo el asunto?

¿Por qué se empeña nuestra sociedad en ridiculizar o (repito palabra) demonizar a mujeres poderosas? ¿Por qué resulta más sencillo burlarse de mujeres poderosas que hacerlo de hombres? ¿Por qué en mundo en el que vivimos nos sigue sorprendiendo que una mujer ocupe un cargo de relevancia? Yo es que no lo entiendo. Nos empeñamos en asegurar que vivimos en un mundo lleno de igualdad, un mundo en el que todos podemos hacer todo lo que nos propongamos, un mundo en el que puedes llamarte Margaret o Angela y convertirte en la persona más poderosa en la política mundial. Pero no es así. Seguimos empeñados en no olvidar que hasta hacer demasiado poco las mujeres no tenían ningún tipo de voz en las decisiones que se tomaban en el mundo. A veces da la sensación de que hay algunos alguienes (hombres y mujeres) empeñados en mantener a las mujeres recluidas en una caja y bien calladas. No se si Margaret fue una mala Primera Ministra para el Reino Unido (cosa que dudo más allá de las apreciaciones y matizaciones que se puedan hacer) y me hace gracia que la gente se empeñe en culpar a Angela Merkel de todos los males del mundo (lo próximo será asegurar que ella es la culpable de cualquier fenómeno meteorológico que asole algún lugar). Lo siento, pero no me creo que España, Grecia, Chipre o Portugal estén así por culpa de Merkel. Lo siento pero no. Esos cuatro países han tenido (y tienen) unos presidentes (hombres) que se han encargado ellos solitos de llevar a sus países al lugar en el que están. Y no, que nadie me diga que sí es culpa suya. Ninguna persona culparía a Hans de todo. Angela Merkel no es Hitler (y la simple comparación me produce desagrado). Angela Merkel es una persona que parece haber nacido en un cuerpo diferente. De haber nacido hombre se la observaría y juzgaría mucho menos de lo que se hace, aunque sus mediadas fueran las mismas que toma (o incluso peores).

Espero que entendáis que solo quiero que penséis. ¿Existiría El Hombre de Hierro? ¡No! Nadie pondría un apodo así a un hombre. Pero sí existe La Dama de Hierro. ¿Por qué no alabamos todo el bien que hizo para las mujeres? ¿Por qué nos cuesta tanto y nos sorprende que una mujer pueda ser tan destacada e importante? Dejemos de sentirnos intimidados por las mujeres poderosas (Esto va dirigido tanto a los hombres como a las mujeres). ¿No lo entendéis? Queramos o no, son más poderosas… ¡Nos dan la vida y eso! (Esto ha sonado demasiado a campaña en contra del aborto, pero espero que hayáis captado el mensaje)

Desde aquí pido algo: Valoremos y veamos a las personas por su trabajo y sus decisiones, no por lo que tienen entre las piernas.

Pensad en ello, no podemos estar defendiendo que la Iglesia Católica tenga una mujer Papa si a la primera mujer poderosa que encontramos la lapidamos. Esto es como pretender que cantantes conocidos vayan a Eurovisión si después vamos a meternos con ellos canten lo que canten y sean quiénes sean. Seamos coherentes. Prediquemos igualdad, pero igualdad de verdad. No de esa que usamos para parecer mega progres y luego metemos en el cajón a la primera de cambio. Esta bien querer un presidente negro, o mujer. Estar a favor del matrimonio homosexual. Defender que la enseñanza y la sanidad deberían ser accesibles a todos los ciudadanos sin distinción (entre otras cosas). Pero no finjamos que creemos en estas cosas cuando a la primera de cambio nos mofaremos del negro ese o la señora frígida que gobiernan en tal país. O señalaremos a una pareja de gais que van de la mano por la calle. O diremos que queremos llevar a nuestros hijos a un colegio privado porque en los colegios públicos hay demasiada gentuza y la educación es mala por ello. Una religión es igual de incoherente cuando afirma defender la igualdad del mundo que una sociedad cuando afirma lo mismo y no lo hace.

Coherencia por favor

Hasta aquí mi escrito reivindicativo. Espero que os haya hecho pensar.

Alfon Mulet Serra (@FonMulet)

Blog: @13Clouds

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